domingo, 26 de diciembre de 2010

Y volviste a aparecer.

Y has vuelto a aparecer. Cansado, derrotado. La vida te ha ganado otra vez, te ha devuelto una puñalada. Y por eso, cansado, derrotado, vuelves a mí. Vuelves buscando el apoyo y el cariño que una vez obtuviste de mí, y con el cual te marchaste, dejándome a solas con el miedo, el dolor y la amargura de haberte vuelto a perder. Y ahora vuelves, para curarte de tus heridas, para que yo, esclava de tu sonrisa, te la devuelva con todo su esplendor. Para volverte a marchar, para darle esa sonrisa a otra persona que no soy yo. Hoy, quiero estar preparada. Para cerrarte la puerta, para no dejarte entrar. Quizás no vaya a ver tu sonrisa, pero tampoco tú veras mi apoyo.
Hoy he levantado la cabeza. Hoy, he dejado de ser la esclava de tu sonrisa.

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