Rutina.

Llevaba ya dos horas. No se conectaba, pero tú te morías por hablar con él. Así que seguías esperando, esperando, siempre esperando. Te sabías sus horarios de memoria, ¡tiene que conectarse ya! Y lo hace. Siguiendo su rito, lo hace. Él se ha conectado. Haces lo de siempre, abres su ventana, la minimizas y esperas. Te llaman a comer. Joder, qué oportunos, ¿verdad? Pero vas, comes a toda ostia, con el cacho de pan todavía en la boca vuelves. Él sigue ahí. Menos mal. Continúas esperando. Y entonces, se va. Es hora de llorar pequeña, es hora de llorar... porque hoy no te ha hablado, hoy para él no has existido, hoy no se ha acordado de ti. Y lloras amargamente, hundiéndote en un mar de lágrimas. Y así pasas 10 minutos, entre lágrimas y ojos rojos, hasta que otra vez vuelve. Tus lágrimas se calman, tus ojos vuelven a su color normal. Pasa un rato, sigue sin hablarte, pero ya no te importa tanto, porque está ahí... Hasta que oyes el sonido de cuando alguien te habla. Ni abres la página, porque será otro pesado aburrido. Pero el nombre aparece en la barra de tareas. Es él. Y para qué continuar la historia, si ya se sabe lo que pasará, te hablará, serás feliz, se irá y volverás a llorar. Y así todos los días...

Pues ya ves

¿Yo? Yo no soy ni rubia ni morena, soy castaña, pero me gusta serlo. Me gustan los tacones pero también las zapatillas, y lo mismo pasa con los vestidos, las faldas y los pantalones. Me encanta la noche aunque disfruto más del día, bailo, a veces sin ritmo, y canto, a veces desafinando. Sí, soy bajita, enana, y todo lo que quieras llamarme, pero con un poco de tacón estaría a tu altura, e igualmente, las ostias sea alta o bajita te las puedo dar igual. Soy desordenada, mucho, no sé cuidar cosas materiales, pero a las personas las cuido mejor que nadie. También me puedes considerar sobrada pero es que estoy harta de niñatas que dicen estar gordas para dar pena, soy bipolar, un día sonrío y al otro lloro. Pero también soy de aquellas que saben dejar mal a la primera chulita que se le ponga en frente, me gusta andar en calcetines, y lo admito, alguna vez fui de aquellas que se arreglaban a más no poder para ir a tirar la basura. Y sin olvidar que a día de hoy, sigo siendo igual, te supero a doble partida.

Y vuelven las lágrimas, el dolor y las noches pensando en él.

Si nunca os ha pasado, no sabéis lo que jode haberte estado meses intentando olvidar a alguien, y que ese amor escondido resurja con solo una mirada, una sonrisa o una simple conversación. Entonces entiendes que nunca lo olvidaste, simplemente lo echaste atrás en tus prioridades hasta parecer que no le recordabas, pero tu subconsciente siempre miraba en la lista de conectados a su nombre, aunque no te dieras cuenta, y cuando estaba conectado, una extraña sensación te recorría el cuerpo, haciéndote quedar con cara de idiota, ¿Por qué? ¡Si está olvidado! No, no lo está. Y hoy vuelve a reclamar lo que es suyo, y vuelven las lágrimas, el dolor y las noches pensando en él.

Lección 2: No te compliques tanto, que ser romántico no es eso

-Hermanito, ¿Qué es estar enamorado?
+Es querer muchísimo a alguien, tanto que recorrerías el mundo por esa persona, tanto que te pondrías entre una bala y esa persona. Dime, ¿Cómo querrías que un niño te dijera que está enamorado de ti?
-Dándome una carta mientras hace una reverencia, y cuando yo la leyera que me diera una rosa, como los príncipes de las pelis.
+¿No crees que eso es pedir demasiado? Mira, ¿Sabes cómo veo yo la forma más bonita? Cambiando la carta por un mensaje privado de las redes sociales, la reverencia por un ''Hola princesa'' y cambiando la rosa por un beso, ¿no sería bonito?
-Pero eso es muy poco romántico...
+Ya, pero no nos gusta complicarnos demasiado.
-Quiero que un niño me diga que le gusto como tú me has dicho. ¿Tú lo has hecho alguna vez?
+Alguna, pequeña, alguna... pero eso te lo contaré otro día.

Es su pelo, son sus ojos, será su forma de mirar. Es un sueño, no despiertes, que la noche no puede acabar.

Es algo difícil de explicar. Digamos que me he cansado de los típicos tíos 10, esos guapísimos de ojos azules que en realidad son lo más cabrón que puedas encontrarte. Digamos que quiero un tío de lo más normal. Y... supongamos, que ese tío eres tú. El que empezó a caerme bien por su simpatía, siguió despertando mi curiosidad por su capacidad de sacarme una sonrisa con comentarios que en el momento justo, me hacían reír. Y digamos que me acabaste de gustar cuando te vi con tu amigo, el cual también es amigo mío, y mientras él hablaba, tú mirabas al suelo, avergonzado. Te quiero.

Lección 1: Barbie sólo es perfecta por fuera, por dentro sólo es plástico

- Hermanito, ¿Si somos buenos al morir vamos al cielo? -
+ No, si eres bueno solo serás una marioneta más entre la gente, y sufrirás, sufrirás mucho. Como en el amor. En el amor se sufre mucho, tú quizás aún no lo sepas, pero pronto lo verás. Te enamorarás del típico guaperas de ojos azules perfecto, pero no es perfecto pequeña, Ken es como Barbie, por fuera un físico perfecto, por dentro sólo es un cacho de plástico. Pero varias ostias después te darás cuenta de que el interior es más importante, entonces te encontrarás cabrones, que dicen ser románticos con una flor en la mano y luego verás que era una máscara. Al final, ya te dará igual, te quedarás pillada de cualquiera, y ese cualquiera, dañado también por el amor, se fijará en ti, que eres otra cualquiera, y seréis felices. -
- ¿Así se conocieron papá y mamá? -
+Así se conocen todos. Los que no se hayan conocido así, no es amor. Recuérdalo siempre niña, cuando te hundas por un idiota, sonríe y sigue adelante, porque con los ojos llenos de lágrimas no puedes ver esa cantidad de cualquieras que podrían hacerte feliz.

Perfect World a tu lado, o eso dicen

En un mundo perfecto... Las pegatinas se desprenden con facilidad. El hombre del tiempo siempre tiene razón. Los billetes muy arrugados son aceptados por las máquinas expendedoras. Las bolsas de patatas fritas están llenas del todo. Cuando escribes con rotulador la tinta no se traspasa. Siempre queda leche para los cereales. No se pierde un calcetín de la pareja. La punta del lapicero no se pierde mientras le sacas punta. Las páginas perforadas siguen la línea de puntos al rasgarlas. Todos los granos de palomitas explotan. La gente contesta a los SMS inmediatamente. Siempre tendrás un boli a mano.
Fuck you, mundo perfecto.

Esos días que le chillarías de todo a tu almohada, esos días que llorarías hasta ahogarme entre lágrimas. Esos días en los que pienso lo que pudo ser y no fue. Esos días que me obligo a mi misma a sonreír aunque no me apetezca, esos días que cuando me preguntan '' ¿Qué tal? '' me obligo a responder '' Muy bien '' cuando de bien tiene poco. Esos días que te quedarías fuera de cobertura, que no querrías haberte despertado, que te gustaría que te tragara la tierra, esos días donde no puedes seguir adelante por mucho que lo intentes, que te han hundido, que no puedes más.

Te Cu.

Te amo chavalín, pese a todo, pese a lo que diga la gente, pese a lo que se ponga en nuestro camino, te amo, pequeño estúpido.
Sí, yo también '' te cu '' , yo también TQ, o dicho mejor, yo también te quiero.

Historia de amor que en parte es cierta.

Él era alto para su edad. Ella, bajita para la suya. Él tenía que sacar defectos a la luz para llamar la atención. Ella, llamaba la atención por su amabilidad. Él no sacaba muy buenas notas, ella era de notables altos. Él escuchaba Metallica, ella escuchaba Lady Gaga. Mientras que él vestía de forma irregular y a menudo con ropa de grupos de rock, ella vestía de Bershka y similar. Él era el que se metía con la gente, mientras que ella era objeto de manipulaciones. A él lo veían como un friki. A ella como una muñeca con la que se puede jugar. Él era el típico metalero con pelo más o menos largo, ella la típica pijita.Eran opuestos. Eran diferentes, únicos, raros, especiales y distintos.
Pero se amaban.

Cuando alguien te llena del todo. Cuando alguien te saca una sonrisa con cualquier tontería. Cuando recuerdas cada una de sus palabras, del primer día al último. Cuando te has pasado noches soñando con su sonrisa. Cuando lo dejarías todo por verle. Cuando querrías pasar con él 2 veces al año una noche en Groenlandia, de esas que duran 6 meses. Cuando tu estado de ánimo cambia dependiendo del suyo. Cuando te vas a dormir contenta porque acabas de hablar con él. Cuando piensas en él a todas horas. Cuando te arrepientes de no haber aprovechado al máximo los momentos con él. Cuando le sigues recordando pese al tiempo. Cuando él es lo más lejano y lo mejor que te ha ocurrido.
Cuando lo amas, pese a la distancia.