sábado, 11 de diciembre de 2010

Al infinito, quizás...

Nervios. Tensión. El corazón a punto de salirse del pecho, a mil latidos por segundo. Mejillas sonrojadas, mirada  perdida. Ahí está él, con su perfección a cuestas. Y aquí estoy yo, negando una realidad. 'No, no estoy enamorada'. No, por supuesto que no. Pues claro que sí, joder! Si lo miras con otros ojos, con ojos... objetivos, quizás sería la palabra, dudo que le encontraras muchas cosas realmente positivas. Es... de simpatía selectiva. Tampoco es guapo de decir joder, que belleza, mirandolo con ojos objetivos, es normalito. ¿Entonces, por qué para mí es perfecto? Porque cada puto gesto, cada puta palabra, me lleva... a tres metros sobre el cielo, dirían las chavalas ahora? No, en absoluto. Mucho más lejos. Al infinito, quizás... No sé. Me siento rara. Confusa. Mis nervios y mi tensión siguen por las nubes cuando lo veo aparecer. Cuando se fija en mí, cuando me dice algo o simplemente se limita a sonreír, con esa sonrisilla de suficiencia que le gusta poner, ya no tengo el alma en el cuerpo. No, se ha ido lejos, muy lejos, al infinito, quizás...

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