sábado, 18 de diciembre de 2010

Las cartas sobre la mesa.

Ha sido bonito. Sí, sin duda, ha sido bonito enamorarme... menos la parte en la que me he dado cuenta de que esto no podía seguir así. A partir de ese momento, no he echo más que sufrir. Y todo el sufrimiento que antes llevaba dentro al mirarte, pero que la felicidad bordaba, ha salido. Así, de repente. Todo de golpe. Aún veo ese sentimiento en mi ser, llorando de pena al ser enterrado en lo más hondo.
- Te quiero. - Parece que me repita ese sentimiento... una y otra vez.
-Yo a ti también, pero joder, entiendeme! No puedo seguir así. Me duele en esta parte, aquí, dentro de las costillas... en un lugar llamado corazón. - Le contesto yo siempre.
- No me dejes... no me dejes... - Me repite aquel monstruoso sentimiento, que se viste de rosa para parecer bonito, pero que en realidad es un puto sentimiento del color de luto queriendo hacerme explotar de dolor.
Y yo cojo todas mis fuerzas y mi poca fe, y con el mayor pesar de mi cuerpo, le respondo;
- Olvídame. Tortura a otro.- Todo esto con lágrimas en la cara, sin poder disimular una sola de ellas.
- No me dejes... No me olvides... Te quiero.- Dice, mientras voy enterrandote poco a poco en el fondo.
Y así, poco a poco, te dejo morir... porque te estoy enterrando vivo.
Adiós, te quiero...

No hay comentarios:

Publicar un comentario