lunes, 3 de enero de 2011

Hoy te quiero, mañana, quizás no.

Tiemblo, pero sonrío. No puedo evitarlo. No sé si sentir... felicidad, o sentir tristeza. Hace días que creo haber vencido al enemigo de muchos adolescentes, el llamado amor. Siento... que no pienso en tí del mismo modo que siempre. Aunque quizás se deba a que hace tiempo que no te veo. Espero que no sea eso y que por fin lo haya superado. Mi yo interior, mi denominada alma, esta ahora en mi cabeza. Y sonríe, si se le puede llamar sonreir, al ver las caras de mucha gente, pero no ver la tuya. Quizás haya llegado el esperado día y te haya olvidado, o quizás sólo es pasajero. Creo que es... como cuando tienes algo en un folio, y haces en él un trazo con un bolígrafo. No puedes hacerlo desaparecer del todo, pero puedes ponerle tipex. Sabes que está ahí el trazo, pero a simple vista no está, incluso puedes poner algo encima.
Si es eso, espero que el próximo trazo no sea peor que el anterior, o podría morirme interiormente aquí mismo.
¿Qué hago, sonrío o me entristezco? Quizás sea bueno olvidarme de tí, o quizás esté abriéndole las puertas a alguien peor.

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