sábado, 15 de enero de 2011

¿Algo que añadir?

Noto cómo me observan y a la vez, estoy sola. Estoy a tu lado sin estar contigo. Paranoias, rayadas, y una amarga soledad... No puedo confiar ni en la mitad de este mundo, mundo egoísta, que se pisotean unos a otros para llegar a la cima, que no entienden que lo importante es el camino no el final, porque ésa es la palabra, lo saben, pero no lo entienden. Porque yo perdono y nunca olvido, la soledad me está matando, algo se marchita dentro de mí pero, nadie se da cuenta, y si se dan cuenta, son demasiado egoístas para preocuparse por alguien que no sean ellos mismos. Porque el que es ciego no es el que no ve, es el que no quiere ver, el que aparta la mirada de las crueldades de un mundo antaño bonito, hoy, una pesadilla personificada. En la balanza hay más maldad que bondad, la buena gente son casi un mito, porque esconden sus alas de ángel para no ser pisoteados por aquellos (la mayoría) con alas de demonio. Sé que no lo entiendes, quizás no quiera que me entiendas, no mencionaré ni un nombre, no creo que valga la pena. Nadie me ve, nadie me encuentra, tengo las alas blancas, más blancas que la más blanca nube escondidas tras mi espalda. Eran bonitas, solían traer alegría. Hoy llevan pintadas la nostalgia y la intertidumbre entre las blancas plumas, la esperanza está escondida entre ellas, casi derrotada por el miedo y el dolor que me causa la gente. Habláis por hablar, habláis sin saber, habláis para dañar, porque en este mundo egoísta os gusta empujar a la competencia para llegar los primeros, y no, esto no debería funcionar así. Luego preguntad ignorantes, preguntad por qué este puto mundo está tan mal, por qué críos de 12 años están fumando en los barrios marginales y por qué otros de 16 tienen hoy de mejor amiga a la cocaína, preguntad, pero no os miréis a vosotros mismos, sois  demasiado orgullosos para aceptar que la culpa es vuestra. Las palabras dañan, las puñaladas matan. Y adelante, decid ahora que tengo razón, que los demás están matando esto, que tú eres de esos de blancas alas, y me estarás demostrando que tus alas son más negras que el más puro luto. Porque de ser un mundo normal yo no sería ángel, no tengo la sangre para ello, pero en este mundo mis acciones son consideradas buenas en comparación con las demás.
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